Nano

Odry y Nano

Reflexión de un empresario

Empresarios, emprendedores, autónomos y demás personas con capacidad y ánimo de crear riqueza y empleo, tal vez ha llegado el momento de que expresemos y demostremos nuestro malestar sin dar lugar a equívocos, después de la posición expresada por sindicatos el pasado sábado 12 de diciembre del 2009.

Si para los trabajadores de este país sólo somos gentuza interesada únicamente en sacar provecho de la crisis y beneficio de su explotación, tal vez, repito, ha llegado el momento de que nos pongamos de acuerdo en no volver a crear un solo puesto de trabajo más hasta que estos sectores y el gobierno que los ampara y al que estos se venden, rectifiquen y se disculpen públicamente de los agravios infligidos gratuita e impunemente a un colectivo que en su inmensa mayoría dedica todos sus esfuerzos a mantener a flote a este país.

Si sindicatos y gobierno realmente quieren favorecer el empleo, que empiecen de una vez a respetar el esfuerzo y la gestión de aquellos que son responsables del 84% del empleo total de este país.

Si han desaparecido más de cien mil empresas este año en España, puede que más de cien mil empresarios se hayan quedado sin empresa pero, ¿Cuántos son los trabajadores que se han quedado sin trabajo?

Por mucho que muchos se disgusten, los líderes nacen, no se hacen, y siempre han sido y serán minoría. En estos tiempos más que nunca son ellos los que tendrán que echar sobre sus hombros la responsabilidad de sacar a todos del agujero donde incompetentes populistas, necios y corruptos nos han metido y merecemos, como mínimo, respeto y reconocimiento. Personalmente estoy harto, más de lo que recuerdo haber estado, entrego mi vida a mantener en pié una empresa que no sólo me alimenta a mí, aunque como empresario sea yo el que tiene que conformarse con lo que queda después de que todos hayan sacado su parte, empleados, proveedores y suministradores, ésa hacienda que somos todos, etc., etc., etc., para tener que soportar además como miles de personas obvian mis esfuerzos y me insultan. Hoy he decidido que no crearé ni un solo puesto de trabajo más hasta que los empresarios sean resarcidos públicamente o el actual gobierno sea reemplazado así tendrán aquellos motivos y no sentiré tan injustos sus insultos.

Un último “Tal vez” para expresar la esperanza de que esta reflexión sirva a alguien más que a mí mismo y finalmente consigamos algún día ponernos a todos y a cada uno en el lugar que nos corresponde.

¡Un empresario harto!